ACTUALIZANDO LOS PROGRAMAS BIOLÓGICOS HACIA EL NUEVO HUMANO SOLAR

La matriz holográfica de aquello que, ingenua y limitadamente llamamos realidad, requiere de diferentes programas para poder operar. Por eso, todo cuanto existe en ella, lo hace por medio de programas. El reino mineral, vegetal, animal y la misma humanidad, requieren de ellos para desarrollarse, crecer y evolucionar en ella.

Durante mucho tiempo la mayoría de estos programas fueron invertidos y en otros casos adulterados para nutrir y beneficiar sólo a unos pocos dentro y fuera del planeta. Dichos programas se sostuvieron en el tiempo por medio de negociaciones con las distintas administraciones planetarias y galácticas que hubo. Felizmente, esa historia llegó a su fin hace ya varios meses, en tiempo terrestre y la última administración de este estilo que hubo, fue retirada de sus funciones.
En forma paralela, se restablecieron los pilares que sostenían el holograma adulterado (educación, salud, economía, religión, política, etc.) a sus programas originales. Con ello, se pudo activar el programa original de la “humanidad,” superando así con creces los 6 intentos anteriores, llevándolo incluso a esferas insospechadas, que posicionaron al planeta como pionero en su categoría, sirviendo ambos, a un propósito mucho más profundo y extenso, abarcando nuevos confines en otros universos.

En este nuevo escenario planetario, universal y galáctico, la nueva administración del proyecto invitó a las distintas razas y especies a ser parte de este hito histórico y aquellas, que libremente optaran por un camino diferente, migrarán a lugares que les brinden condiciones más acordes al programa en el que operan, según su orden de evolución.

La raza humana, representante de varias razas estelares, también ha sido invitada a participar del proyecto original y su nuevo alcance, a pesar que le pertenece por derecho, pues en este caso, el restablecimiento al programa original se hizo sin un reseteo. Quienes hemos aceptado el desafío, requerimos conducir la transformación de los programas que sostienen nuestra biología, así como también de aquellos que pueden potenciar nuestras posibilidades de evolución.

Si observamos nuestra biología con atención, descubriremos que son las glándulas las encargadas de sostener y correr los programas que nos mantienen vivos. Es así como desde el desarrollo de la vida intrauterina, pasamos por estados de embrión, de feto hasta nuestro nacimiento y, de ahí en adelante, nuestro cuerpo sabe cuándo dentar, caminar, hablar, y transformarse durante la pubertad, hasta llegar a ser el adulto y, posteriormente, el anciano listo para morir. Todo está cuánticamente relacionado, en tal nivel de perfección, que el hecho de nacer en una determinada familia para vivir nuestra experiencia humana en el holograma, trae programas genéticas que nos predisponen o “conducen” en los marcos de evolución que aceptamos como válidos y reales.
Si bien el programa original para la humanidad y sus pilares han sido restablecidos, estamos en una transición donde nuestra biología y entorno deben ser actualizados en forma paulatina, para que su impacto logre ser administrado armónicamente. Por ejemplo, con los programas anteriores aprendimos que con la edad existe un deterioro y envejecimiento y, con ello, la aparición de determinadas limitaciones, síntomas y enfermedades.

El Nuevo Humano Solar que acepte la invitación y su correspondiente desafío de transformación, requiere actualizar todo programa que lo condicione y limite en la manifestación total de la Esencia de su Ser y sintonizar así con las posibilidades que lo lleven a una expansión permanente. El único camino que existe para este propósito es la conciencia, que en primera instancia nos permite identificar y reconocer nuestra repetición pasiva y sumisa de los programas limitantes y obsoletos para, en segundo lugar, dar espacio a una conexión mayor con nuestra Esencia, que nos guiará hacia las vías disponibles para continuar nuestro proceso expansivo y en evolución.
En forma paralela al desafío individual antes mencionado, se están ejecutando actualizaciones globales hacia versiones coherentes con el programa original tanto en nuestros chakras como en la geología terrestre.

El primer par de chakras en ser actualizado fue el raíz (glándulas suprarrenales) y el coronario (glándula hipófisis), pues fue por medio de una nueva conciencia planetaria que fuimos despertando y reconociéndonos como seres galácticos, decididos a respetar nuestro trabajo conjunto con las conciencias de Gaia. Así fue como inició nuestra liberación del modo supervivencia, proceso que continúa en desarrollo, al igual que la evolución de nuestra conciencia.


El segundo par de chakras fue el plexo solar (glándula del páncreas) y el tercer ojo (glándula pineal) que condujeron el proceso del discernimiento al integrar el poder de la mente en la comprensión y creación de realidades junto al poder transformador de las emociones, dándonos también una conciencia que se va empoderando en el Ser, más que en el hacer para repetir patrones de control adulterados. Con ello vamos experimentando en la Conciencia Crística que potencia la intuición y el discernimiento en unidad y sin la disociación de la dualidad. Este proceso continúa en desarrollo y expansión.

En tercer lugar, tuvimos al chakra del corazón (glándula del timo), con la puesta en funcionamiento de un nuevo chakra llamado alto corazón, que nos está permitiendo sintonizar a la Frecuencia del Corazón Esmeralda. Este proceso permite sanar la autoestima silenciada por eones y comenzar a expresarnos en coherencia con nuestro Ser, experimentando nuevas realidades en el amor superior, lejos del sometimiento que confundía el poder con la dominación y el consentimiento.

Habiéndose alcanzado la manifestación del alto corazón para sintonizar la Frecuencia del Corazón Esmeralda, llega el turno de los chakras laríngeo (glándula tiroides) y sexual (las gónadas).
Lingüísticamente se dice que el lenguaje surgió por acuerdos en la denominación de los objetos, sin embargo, si reflexionamos desde la conciencia, percibiremos que surgió por necesidad y desde la carencia al haber perdido la conexión de nuestras otras 10 hebras de ADN. Así, desde sus inicios, el lenguaje densificó la expresión de la conciencia y posee la carga histórica del dolor de la pérdida y la desconexión, lo que exige una transformación profunda, si vamos evolucionando hacia el inicio de otras formas de comunicación más sutiles, como lo son la telepatía y las percepciones extrasensoriales que nos permitirán leer intenciones y las emociones e historias del que tenemos en frente, así como de los entornos por los que transitemos.

En relación al chakra sexual, veremos los efectos de la sanación y el restablecimiento del sagrado femenino y masculino, que nos llevará primero a reconocer y sanar nuestras heridas vinculadas a ambos en forma histórica y cualquier abuso y malversación de la energía sexual que hayamos vivido en esta encarnación. En su conjunto, el proceso nos llevará a una sexualidad más libre, muy distinta al libertinaje, que reconoce el valor expansivo y de creación que posee el acto sexual, sin los detrimentos del morbo, el porno y los condicionamientos y juicios valóricos de control impuestos desde las ya obsoletas estructuras religiosas y sociales.

Es importante señalar que todas estas actualizaciones que seguiremos vivenciando en nuestro sistema de chakras traen consigo una serie de síntomas temporales y en algunos casos más permanentes, según la experiencia que cada cual deba atravesar, de acuerdo a su nivel de conciencia. La conciencia siempre ha sido y seguirá siendo la clave hacia nuestra libertad y expansión.
Más importante aún es reconocer que al ir sintonizando los programas que sostienen nuestra biología hacia la configuración del Nuevo Humano Solar, debemos liberarnos también de los condicionamientos y creencias que nos llevan a manifestar el envejecimiento y el deterioro celular como parte de programas que ya no existen, pero cuya inercia nos mantiene enredados en las estelas que han dejado.

A medida que iremos adquiriendo maestría y práctica en los nuevos programas, podremos vivir nuevas experiencias emocionales e integrar su aprendizaje sin que se deban expresar en síntomas o enfermedades. Si bien las posibilidades que nos esperan son extraordinarias, se hace imperativo que, en forma cotidiana, revisemos nuestros temores, las afirmaciones y formas de expresión que utilizamos para manifestar nuestros pensamientos y creencias asociadas a los antiguos programas. Te sorprenderás al reconocer lo apegados y dependientes que permanecemos a esas estructuras y, en la medida que seamos más conscientes, ayudaremos a que nuestra biología incorpore los programas actualizados, transformando nuestra forma de asumir y experimentar la Vida, la Muerte y sus nuevas posibilidades, como la decisión libre de definir dónde y cómo continuar nuestro camino evolutivo, experimentando así el trascender al momento de desencarnar u otra forma.

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