Nuestra historia nos modela. Somos historia en vibración.

Se dice que nuestras experiencias de vida nos marcan y pensamos que esa marca es metafórica. Sin embargo, cada situación vivida deja en nosotros una impronta energética tan potente que, a través del tiempo, va determinando desde la postura física hasta nuestros patrones mentales y emocionales. Dichas situaciones, asociadas a una emoción repetida en el tiempo, genera una estructura bioquímica a la cual nos vamos haciendo adictos, razón por la cual, muchos de nuestros esfuerzos terapéuticos y personales no logran generar el ansiado bienestar físico, mental o emocional.

La incapacidad de poner límites, callar para no generar problemas, responder agresivamente, o la depresión son conductas sostenidas por una adicción. Es por ello que, el sólo hecho de tener conciencia de necesitar cambiar algo, no es suficiente para generar el cambio. Se debe romper la adicción bioquímica que nos genera una emoción o conducta viciada, cualquiera que ésta sea. Para ello, existe una forma sencilla y poco conocida que tiene que ver con usar las emociones generadas por nuestras experiencias positivas para lograr quebrar la adicción a la conducta viciada, generando desde ella, una nueva bioquímica que será responsable de generar, a su vez, la conducta deseada.

Activar un registro “positivo” o reciclar un registro al que se es adicto para transformar una conducta, es lo que entendemos como Activación de Registros Bioenergéticos.